GATITO Y POLLITO (Котик та Півник)
Parte 1
Erase una vez Gatito y Pollito que vivían juntos en una pequeña
casa y se sentían hermanados. Gatito cada día iba al bosque a buscar comida y
Pollito, a su vez, cuidaba la casa. Al salir por las mañanas, Gatito advertía a
su amigo que no abriese la puerta a nadie.
Un día, cuando Pollito se había quedado solo, a la puerta llamó Zorra:
- Querido Pollito, ¡ábreme!
- No puedo, Gatito me ha dicho que no lo haga.
- Por favor, querido Pollito, ¡ábreme! Tengo la chimenea apagada y mis hijos
tiemblan de frío. Necesito coger fuego.
Así siguió suplicando hasta que Pollito decidió abrirle. Zorra cogió el fuego
pero luego agarró a Pollito por las alas y se lo llevó al bosque. Mientras lo
llevaba, Pollito pudo gritar con todas sus fuerzas:
- Hermano Gatito,
Me está llevando Zorra
Más allá de los bosques de arce,
Más allá de los altos montes,
Más allá de los rápidos ríos...
¡Sálvame, hermano!
Gatito lo oyó y dio alcance a Zorra. Rescató a Pollito y ya en
casa le riñó, diciéndole:
- No vuelvas a abrir la puerta a Zorra. Mañana iré más lejos y no podré oírte.
Al día siguiente, el gatito se fue a un bosque muy lejano. Lo supo Zorra y otra
vez vino a su casa llamando a Pollito:
- Venga, querido Pollito, ábreme. Necesito otra vez coger fuego para poder
hacer comida porque mis hijos están muriendo de hambre.
- No te creo, Zorrita, porque ayer me engañaste.
- Si no me abres, romperé la ventana y entraré.
Y así lo hizo Zorra: rompió la ventana y entró a la
casa. Cogió a Pollito y se lo llevó en sus fauces.
Pollito, desesperado, empezó a gritar muy fuerte:
- Hermano Gatito,
Me está llevando Zorra
Más allá de los bosques de arce,
Más allá de los altos montes,
Más allá de los rápidos ríos...
¡Sálvame, hermano!
Pero Gatito no lo oyó. Gritó de nuevo pero tampoco le oyó su hermano. Por fin, a la tercera le escuchó muy lejos y se precipitó a perseguir a Zorra, pero sin resultado. Así que, triste, volvió a casa y empezó a pensar cómo podría salvar a Pollito.
Hasta que le vino una idea: construyó un pequeño violín, preparó una kaystra (un saco bordado) y fue a buscar a Pollito.
- Ay, ti-li-la,
Tenía la Zorrita
Cuatro hijitas,
Y el quinto hijito
Con el nombre Felipito.
¡Sal a verme
Si te parece bien
Como canto!
Le oyó la hija mayor de Zorra y le dijo a su madre:
- Mamá, ¿puedo salir de casa para ver quién canta tan bien?
- Vale, pero no te entretengas porque pronto será hora para comer a Pollito.
La hija de Zorra salió a escuchar el canto y entonces Gatito enseguida la metió
en su kaystra. Y volvió a cantar otra vez:
- Ay, ti-li-la,
Tenía Zorrita
Cuatro hijitas,
Y el quinto hijito
Con el nombre Felipito.
¡Sal a verme
Si te parece bien
Como canto!
Las otras hijas de la zorra fueron saliendo una a una a ver
quién cantaba. Y todas ellas acabaron en la kaystra de Gatito. El último fue
Felipito.
Zorra estaba esperando a que volviesen sus hijos, hasta que pensó:
- Voy a mirar dónde están mis hijos, ya es hora de comer.
Salió por la puerta y, como todos sus hijos, acabó en la kaystra
de Gatito.
Gatito liberó
enseguida a Pollito, que se lo agradeció mucho. Luego desató la kaystra y la
dejó en un rincón de la casa de Zorra. Y, por fin, los dos amigos, pudieron
volver a casa. Y nunca más Pollito tuvo que ser rescatado.